Deliciosa delicadeza: Bizcochuelo de mandarina con glaseado de miel

Introducción

La mandarina, con su vibrante color y su fragancia irresistible, es uno de los frutos más queridos de Argentina. Originaria del sudeste asiático, esta fruta cítrica encontró en el clima templado y húmedo de las provincias del noreste argentino, como Corrientes y Misiones, un lugar ideal para prosperar. La mandarina no solo es popular por su sabor dulce y refrescante, sino también por su riqueza en vitamina C y antioxidantes. En la cultura argentina, la mandarina es un símbolo de frescura y simplicidad, y a menudo se disfruta como un snack saludable o se incorpora en diversas preparaciones culinarias.

Ingredientes (para 4 personas)

Para el bizcochuelo de mandarina:

– 2 mandarinas grandes
– 3 huevos
– 150 ml de aceite de girasol
– 180 g de harina leudante
– 150 g de miel
– 1 cucharadita de esencia de vainilla
– 1 pizca de sal

Para el glaseado de miel y mandarina:

– 100 g de miel
– Jugo de 1 mandarina
– Ralladura de 1 mandarina

Utensilios

– Batidora eléctrica o manual
– Bol grande
– Rallador
– Exprimidor de cítricos
– Molde para torta de 22 cm de diámetro
– Papel manteca
– Cuchara de madera o espátula
– Cacerola pequeña

Instrucciones

1. Precalentá el horno a 180°C. Enmantecá y enhariná el molde para torta o cubrilo con papel manteca.

2. Lavá bien las mandarinas, rallá la cáscara y reservá. Luego, pelalas, retirales las semillas y procesá la pulpa hasta obtener un puré.

3. En un bol grande, batí los huevos con la miel hasta que la mezcla esté espumosa y pálida. Agregá el aceite de girasol, el puré de mandarina y la esencia de vainilla, y mezclá bien.

4. Incorporá la harina leudante y la sal a la mezcla húmeda, revolviendo suavemente con una espátula hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.

5. Verté la mezcla en el molde preparado y llevá al horno por aproximadamente 35-40 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.

6. Mientras se hornea el bizcochuelo, prepará el glaseado. En una cacerola pequeña, calentá la miel a fuego bajo junto con el jugo y la ralladura de mandarina. Revolvé hasta que la mezcla esté homogénea y ligeramente espesa. Retirá del fuego y dejá enfriar.

7. Una vez que el bizcochuelo esté listo, dejalo enfriar en el molde durante unos 10 minutos antes de desmoldar. Verté el glaseado de miel y mandarina sobre el bizcochuelo tibio, permitiendo que se impregne bien.

Que esta creación cítrica y dulce te traiga momentos de alegría y calidez compartida con quienes más querés. ¡Disfrutá cada bocado!


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